Ni esperanzas, ni ilusiones, esas siempre han sido las reglas. Ni buenas, ni malas, ni mejores, ni peores. Simplemente esas. Pero no todo se controla y de hecho el descontrol llega y te pilla por banda, totalmente desprevenida (y eso, como otras tantas veces he dicho, es maravilloso!).
Mi electrocardiograma esta a punto de llegar a los límites establecidos, de los permitidos. En línea ascendente y sin parada desde hace ya un buen par de días.
Suben y suben las ganas, las ilusiones, los sueños, deseos y esperanzas. Suben y suben, ya está aquí el descontrol y no hay forma humana de frenarlo y así hasta sentir, hasta sentirte mío.
No se fue, simplemente dormía y a pesar de tener conocimiento de ello, me pilla desprevenida y tengo miedo, miedo de superar el límite, de rebosar, porque ese sobrante no sé donde irá a parar.
Mi electrocardiograma esta a punto de llegar a los límites establecidos, de los permitidos. En línea ascendente y sin parada desde hace ya un buen par de días.
Suben y suben las ganas, las ilusiones, los sueños, deseos y esperanzas. Suben y suben, ya está aquí el descontrol y no hay forma humana de frenarlo y así hasta sentir, hasta sentirte mío.
No se fue, simplemente dormía y a pesar de tener conocimiento de ello, me pilla desprevenida y tengo miedo, miedo de superar el límite, de rebosar, porque ese sobrante no sé donde irá a parar.