Fias?
No, más que frias. Heladas.
En ese momento era lo único frio...
Mis dedos no permanecian impasibles, ni ese momento, ni en aquel otro.
Extrañaba aquella sensación. El nerviosismo de la cercanía, de tanta cercanía me inquietaba.
El roce de mis dedos, el tacto de su piel...
Heladas, pero con la sangre a punto de ebullir.
No, más que frias. Heladas.
En ese momento era lo único frio...
Mis dedos no permanecian impasibles, ni ese momento, ni en aquel otro.
Extrañaba aquella sensación. El nerviosismo de la cercanía, de tanta cercanía me inquietaba.
El roce de mis dedos, el tacto de su piel...
Heladas, pero con la sangre a punto de ebullir.