sábado, 12 de diciembre de 2009

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Ahí estaba, frente a su puerta, con una mano alzada y en la otra una botella de buen vino ese que tánto le gustaba. Notó como el nudo del estómago cada vez se apretaba más y más, como el corazón aumentaba sus latidos por segundos pensando incluso que en cualquier momento se le saldría del pecho y sintiendo como cada músculo se contraía y se expandía generando así pequeños espasmaos. Titubeó, pero terminó por armarse del valor suficiente y llamar su puerta. No sabía nada, era una muy grata sorpresa y poco a poco se bebieron la noche, se bebieron...

3 comentarios:

  1. ais yo ayer me bebí de todo menos de lo que tenia que beber. De vez en cuando hay que beberse las ganas y las vegüenzas, dejarse llevar y no mirar si la copa está medio vacia o medio llena, tirarse a la piscina y resaltar en tus ojos el brillo de probar esa bebida

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  2. bonito post!
    con final bonito...
    besos!!

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  3. me ha gustado mucho lo que has puesto,pintamonadas!De vez en cuando hay que beberse las ganas y eso es lo que haré yo estas fiestas,jejeje.una copa a tu salud.

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¿Qué piensan el resto de locos?...