Corre, corre, corre, corre... y así durante cuarentaycinco minutos.
Sus músculos se contraen y se dilatan, su corazón va a revoluciones antes inimaginadas, sus pulmones no dan abasto.
Se detiene, flexiona las rodillas, retira el sudor de su frente y apoya los brazos en las piernas... inspira profundamente, expira.
No es suficiente.
De nuevo corre, corre, corre... otros treinta minutos más, de nuevo igual, pero esta vez su corazón late más a prisa si cabe, juraría que esta apunto de salir del pecho, sus pulomes... apunto de vomitarlos.
Se vuelve a parar, de nuevo igual, flexiona las rodillas, seca el sudor, apoya los brazos. Esta vez se deja caer sobre el césped. Respira, respira, respira... No basta.
Treinta minutos más, corre, corre, corre... ya está, al fin todo desaparece, se siente libre...
Sus músculos se contraen y se dilatan, su corazón va a revoluciones antes inimaginadas, sus pulmones no dan abasto.
Se detiene, flexiona las rodillas, retira el sudor de su frente y apoya los brazos en las piernas... inspira profundamente, expira.
No es suficiente.
De nuevo corre, corre, corre... otros treinta minutos más, de nuevo igual, pero esta vez su corazón late más a prisa si cabe, juraría que esta apunto de salir del pecho, sus pulomes... apunto de vomitarlos.
Se vuelve a parar, de nuevo igual, flexiona las rodillas, seca el sudor, apoya los brazos. Esta vez se deja caer sobre el césped. Respira, respira, respira... No basta.
Treinta minutos más, corre, corre, corre... ya está, al fin todo desaparece, se siente libre...
foto: http://andergil.blogspot.com/