jueves, 9 de julio de 2009

Viento y palas

Creo, sé que desde esta perspectiva todo se ve diferente. El cielo es más azul, el sol es más intenso, el mar es más inmenso; pero los problemas se ven más pequeños, las preocupaciones parecen insignificantes, y el mundo, el mundo es ese lugar maravilloso que todos deseamos. Unos días de "retiro" le dan a uno la vida, ya sea un retiro solitario, o en compañía. A mi me la ha dado.
Tumbada en la arena observo. A la pareja de gays de mi izquierda, aparentemente con poca pluma, pero en cuanto avanzan rumbo a la orilla, con cámara en mano,me posiciono de la mejor de las formas, no puedo perder nada de vista. 3,2,1 Acción! sí señores, da comienzo una gran sesión fotográfica! quizás... bueno, todo españolito medio ha de tener en su retina (es imposible olvidarlo) la imagen de cada verano: Anita Obregón en su posado playero... pues bien, quitemos a Anita, y pongamos a un hombre entorno a los 40, haciendo posturas igual de "cómodas" entre la espuma de las olas y a su respectivo dando saltitos para evitar que las olas (de considerable dimensión) no mojaran la cámara. Fueron sólo segundos, pero me perdí el momento. Yo repetía a C y J se le va a mojar y entonces sí que me reiré... mala suerte, no pille el momento, pero sí que sucedió. Cabizbajos, volvieron a su posición.
Minutos más tardes, un pequeñajo con traje de marinero correteaba por la arena, sus padres, quizás rusos, o al menos de un país de muy al este de Europa caminaban al encuentro de unos conocidos. El personaje, equipado con gafas de buceo y tubo adheridas a la cara, descendió por la arena hasta toparse con el agua. Enfundó sus pies en las aletas, y caminó... un pato mareado lo habrá hecho mejor. Tras varias zancadas se percató: sería mejor ir de espaldas pensó, y así lo hizo. Finalmente, desapareció...
Miro mis "lolas" y más de lo mismo... no cogen color ni a la de tres, no es que yo este morena, pero, sí que tengo un buen doradito, tampoco aspiro a más, mi blanco neutro no me deja!. Un ratito a las palas, que en este caso es una auténtica osadía!, pues el viento es la nota descriptiva de este pequeño paraíso.


En esta jornada no hubieron cuerpos desnudos. Sí que hubo una patrullera de la Guardia Civil que casi atraca en la orilla, y dos helicópteros; hoy me enteré que en busca de un surfista, de esos que diariamente surcan los mares y resquebrajan el viento, eso es sinónimo de un sitio: El Médano. Esta vez no era una patera, cargada de miedos temores y mucha esperanza.

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