
Le resultaba tan adorable verlo así, con esa mancha en la nariz. No sabía que hacer. Lo miró unos segundos y sonrío, estaba adorable. Dudaba entre avisarle con un gesto, borrar la mancha con un suave pellizco o besarle. Se incorporó, se acercó a su rostro y besó con suma suavidad su nariz.
- ¿Y esto?
- Tenías un poco de espuma.
- Camarero!, otro capuccino.
Guiñó un ojo y sonrío.
Tanta cafeina....jeje. Muy chulo!
ResponderEliminar