martes, 27 de octubre de 2009

Guiñó un ojo...

Le resultaba tan adorable verlo así, con esa mancha en la nariz. No sabía que hacer. Lo miró unos segundos y sonrío, estaba adorable. Dudaba entre avisarle con un gesto, borrar la mancha con un suave pellizco o besarle. Se incorporó, se acercó a su rostro y besó con suma suavidad su nariz.

- ¿Y esto?
- Tenías un poco de espuma.
- Camarero!, otro capuccino.

Guiñó un ojo y sonrío.

1 comentario:

¿Qué piensan el resto de locos?...