Sentía el peso de su mirada en su espalda. No le molestaba, era ligera, fácil de llevar, reconfortante. Se revolvió entre las sábanas, era el turno de su rostro. Le dió el tiempo exacto para un análisis nada pormenorizado. Haciéndose la dormida y con sus manos en la cara, entreabrió primero los dedos, y luego sus ojos. Dejó escapar un ¿cuantollevasasíquehaces?. Sonrió. El acalló sus ansias de saber con un beso. Observaba su universo, delimitaba una constelación en su espalda. Ahora era el turno de sus dedos, de memorizar cada poro, cada pliege, todo el tacto y el olor de su piel.
qué gracioso y qué tierno es despertarse y ver que te están observando.
ResponderEliminar:)
yo soy de las que miran como duermen. qué genial es el videoclip de te odio.
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que bonita debio de ser esa sonrisa :)
ResponderEliminarotra para ti! muaaaaa
Descubrir cada rinconcito con caricias.....así si que mola despertarse!
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