Sí Pereza. No hablo de esa que muchos miran con mala cara y que algunos otros codician pues apenas pueden permitirse una pequeña muestra. Esa que forma parte del selecto grupo denominado Pecados Capitales. De este catálogo el que más practico es este mismo, lo hago en cantidades necesarias o de forma políticamente correcta, aunque a veces con ciertos excesos. La pereza se apodera de mi cada mañana, despegarme de las sábanas se ha convertido cada vez más en un trabajo tedioso y muy pausado. Despegarme de tí también me da pereza, pero tú no estás; mis piernas no te abrazan y eso más que pereza genera en mi ira, pero no es de ella de la que hablamos.
Hablo de Rubén y Leiva, sí Pereza. Ayer prsentaban un documental, Baires, que estrenan mañana en varios puntos de nuestra geografía. En alguna conversación han salido a la palestra, y algo que han conseguido es romper muchos clichés en lo que a su apariencia y su música se refieren. Su maravilloso aspecto desaliñado, casual y de estética rockera, muchas veces no encaja con la música que componen, las letras que escriben y tampoco con la humildad, que a mi parecer, adoptan frente a nuevos retos. El documental lo pone de manifiesto, básicamente se trata de una vuelta a sus orígenes, a la música sin aditivos, a las guitarras desiertas, a las bandas de barrio, pues en definitiva de eso es de lo que se trata la música del contacto con la gente, de transmitir y generar sentimientos y reacciones, de ganarse los aplausos, y no de números y listas de ventas; eso es sólo negocio. Cada vez más buceo en el panorama musical español y encuentro músicos que merecen todo mi respeto, Iván, Xoel, Vetusta, Nacho, Leiva, Sidonie...
Hablo de Rubén y Leiva, sí Pereza. Ayer prsentaban un documental, Baires, que estrenan mañana en varios puntos de nuestra geografía. En alguna conversación han salido a la palestra, y algo que han conseguido es romper muchos clichés en lo que a su apariencia y su música se refieren. Su maravilloso aspecto desaliñado, casual y de estética rockera, muchas veces no encaja con la música que componen, las letras que escriben y tampoco con la humildad, que a mi parecer, adoptan frente a nuevos retos. El documental lo pone de manifiesto, básicamente se trata de una vuelta a sus orígenes, a la música sin aditivos, a las guitarras desiertas, a las bandas de barrio, pues en definitiva de eso es de lo que se trata la música del contacto con la gente, de transmitir y generar sentimientos y reacciones, de ganarse los aplausos, y no de números y listas de ventas; eso es sólo negocio. Cada vez más buceo en el panorama musical español y encuentro músicos que merecen todo mi respeto, Iván, Xoel, Vetusta, Nacho, Leiva, Sidonie...
http://www.youtube.com/watch?v=wZCsnIaPw10
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